El día 8 de marzo, la sociedad rinde homenaje a la mujer en muchos países del mundo, reivindicando así su igualdad. Hoy se reconocen sus logros en diferentes ámbitos públicos y privados.
Hoy, en el primer mundo al menos, la mujer puede acceder a altos cargos políticos, dirigir empresas, disponer de avances científicos que le permiten mejorar su salud e imagen, etc. Hoy puede superar barreras que parecían insalvables hasta hace muy poco.
Pero vale la pena reflexionar sobre si esto es suficiente. Y sobre todo, si con esto la mujer considera haber encontrado su lugar, su razón de ser, su gran valor.
En pleno siglo XXI la mujer sigue siendo una incógnita, un misterio oculto para el hombre, y sobre todo para sí misma.
Hoy, con los avances científicos y tecnológicos de esta humanidad, de los numerosos debates y ríos de tinta sobre sus derechos, deberes y libertades. Los interrogantes sobre su propia esencia, se deslizan en la mente de muchas mujeres, que se muestran inconformes con su vida, a pesar del terreno conquistado.
La Formación de la Mujer
Tener una formación, una posición económica y profesional ganada con esfuerzo, una familia…, son logros indudables, y supuestas cartas ganadoras para la anhelada felicidad, a la que aspiramos todos. Pero, ¿es feliz la mujer?, ¿se siente completa?, ¿le basta con tener éxito en estos aspectos?
Basta observar un poco la sociedad en la que vivimos, y a la mujer en particular, para darse cuenta de que vive en un estado de continuo desequilibrio. Vemos a la mujer acosada por la premura de los eventos de la vida, por la falta de tiempo, y con la angustiosa sensación de estar perdiéndose algo importante. Mientras tanto, todo lo demás pasa a la velocidad del rayo.
¿Le queda tiempo a la mujer para ella misma?
El reloj mueve inexorable sus manillas, mientras ella dedica todas sus energías a tratar de cumplir con todas las obligaciones que la desbordan. Así se mantienen muchas mujeres, en la cuerda floja de la estabilidad física y emocional.
Llegados a este punto, cabe hacerse una pregunta que solo cada mujer puede contestar: ¿qué territorios ha conquistado dentro de sí misma?; ¿qué conoce de su psicología, pensamientos o emociones? Convive con ellos diariamente, pero ¿cómo le afectan, qué repercusiones tienen en ese mundo interior y en el mundo que ha creado fuera? ¿Se pregunta sobre el sentido de estar viva y tener un cuerpo femenino?
- La mujer es creadora.
- La Mujer es la depositaria de unos valores primordiales, que la engrandecen y le permiten generar vida
- La mujer eleva el nivel ético y espiritual de una sociedad.
- El equilibrio, valor esencial en la mujer.