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LA JUVENTUD
La juventud se divide en dos períodos de a siete años cada uno. El primer período comienza a los 21 años de edad y concluye a los 28. El segundo período se inicia a los 28 y termina a los 35.

Los basamentos de la juventud se encuentran en el hogar, la escuela y la calle.

La juventud levantada sobre la base de la EDUCACIÓN FUNDAMENTAL resulta de hecho EDIFICANTE y esencialmente DIGNIFICANTE.

La juventud levantada sobre cimientos falsos es por consecuencia lógica un camino equivocado.

La mayoría de los hombres emplean la primera parte de la vida en hacer miserable el resto de ella.

Los jóvenes por un concepto equivocado de falsa hombría, suelen caer en brazos de las prostitutas.

Los excesos de la juventud son letras giradas contra la vejez pagaderas con intereses bien caros a treinta años fecha.

Sin EDUCACIÓN FUNDAMENTAL la juventud resulta una embriaguez perpetua: es la fiebre de error, el licor y la pasión animal.

Todo lo que el hombre ha de ser en su vida se encuentra en estado potencial durante los primeros treinta años de existencia.

De todas las grandes acciones humanas de que tengamos conocimiento, tanto en épocas anteriores como en la nuestra, la mayor parte de ellas han sido iniciadas antes de los treinta años.

El hombre que ha llegado a los treinta años se siente a veces como si saliera de una gran batalla en que ha visto caer a multitud de compañeros uno tras otro.

A los treinta años los hombres y las mujeres han perdido ya toda su vivacidad y su entusiasmo y si fracasan en sus primeras empresas, se llenan de pesimismo y abandonan la partida.

Las ilusiones de la madurez suceden a las ilusiones de la juventud. Sin Educación Fundamental la herencia de la vejez suele ser la desesperación.

La Juventud es fugaz. La belleza es el esplendor de la juventud, pero es ilusoria, no dura.

La Juventud tiene el Genio vivo y el Juicio débil. Raros en la vida son los jóvenes de Juicio fuerte y Genio vivo.

Sin EDUCACIÓN FUNDAMENTAL los jóvenes resultan pasionales, borrachos, bribones, mordaces, concupiscentes, lujuriosos, glotones, codiciosos, envidiosos, celosos, matones, ladrones, orgullosos, perezosos, etc.

La Mocedad es un Sol de verano que pronto se oculta. A los jóvenes les encanta malgastar los valores vitales de la mocedad.

Los Viejos cometen el error de explotar a los jóvenes y conducirlos a la guerra.

La gente joven puede transformarse y transformar el Mundo si se orienta por la senda de la EDUCACIÓN FUNDAMENTAL.

En la juventud estamos llenos de ilusiones que sólo nos conducen al desencanto.

El YO aprovecha el fuego de la juventud para robustecer y hacerse poderoso.

El Yo quiere satisfacciones pasionales a cualquier precio, aún cuando la vejez sea totalmente desastrosa.

A la gente joven sólo le interesa entregarse en brazos de la fornicación, el vino, y los placeres de toda especie.

No quieren darse cuenta los jóvenes de que ser esclavos del placer es propio de meretrices pero no de los hombres verdaderos.

Ningún placer dura lo suficiente. La sed de placeres es la dolencia que más despreciables hace a los ANIMALES INTELECTUALES. El gran poeta de habla española Jorge Manrique, dijo: «Cuan presto se va el placer, cómo después de acordado, da dolor, cómo a nuestro parecer cualquier tiempo pasado fue mejor».

 

Aristóteles, hablando sobre el placer dijo: «Cuando se trata de juzgar el placer los hombres no somos jueces imparciales».

EL ANIMAL INTELECTUAL goza justificando el placer. Federico el Grande no tuvo inconveniente en afirmar enfáticamente: «EL PLACER ES EL BIEN MAS REAL DE ESTA VIDA».

El dolor más intolerable es el producido por la prolongación del placer más intenso.

Los jóvenes calaveras abundan como la mala hierba. El YO calavera siempre justifica el placer.

El calavera CRÓNICO aborrece el Matrimonio o prefiere aplazarlo. Grave cosa es aplazar el Matrimonio con el pretexto de gozar de todos los placeres de la tierra.

Absurdo es acabar con la vitalidad de la juventud y luego casarse, las víctimas de semejante estupidez son los hijos.

Muchos hombres se casan porque están cansados, muchas mujeres se casan por curiosidad y el resultado de semejantes absurdos es siempre la decepción.

Todo hombre sabio ama de verdad y con todo el corazón a la mujer que ha elegido.

Debemos siempre casarnos en la juventud si es que de verdad no queremos tener una vejez miserable.

Para todo hay tiempo en la vida. Que un joven se case es lo normal, pero que un anciano se case es la estupidez.

Los jóvenes deben casarse y saber formar su hogar. No debemos olvidar que el monstruo de los celos destruye los hogares.

Salomón dijo: «Los celos son crueles como la tumba; sus brasas son brasas de fuego».

La raza de los ANIMALES INTELECTUALES es celosa como los perros. Los celos son totalmente ANIMALES.

El hombre que cela a una mujer no sabe con quien cuenta. Mejor es no celarla para saber qué clase de mujer tenemos.

El venenoso griterío de una mujer celosa resulta más mortífero que los colmillos de un perro rabioso.

Es falso decir que donde hay celos hay amor. Los celos jamás nacen del amor, el amor y los celos son incompatibles. El origen de los celos se encuentra en el temor.

El YO justifica los celos con razones de muchas especies. El YO teme perder el ser amado.

Quien quiera de Verdad disolver el YO debe siempre estar dispuesto a perder lo más amado.

En la práctica hemos podido evidenciar después de muchos años de observación, que todo solterón libertino se convierte en marido celoso.

Todo hombre ha sido terriblemente fornicario.

El hombre y la mujer deben estar unidos en forma voluntaria y por amor, mas no por temor y celos.

Ante la GRAN LEY el hombre debe responder por su conducta y la mujer por la suya. El marido no puede responder por la conducta de la mujer ni la mujer puede responder por la conducta de su marido. Responda cada cual por su propia conducta y disuélvanse los celos.

El problema básico de la juventud es él Matrimonio.

La joven coquetona con varios novios se queda solterona porque tanto unos como otros se desilusionan de ella.

Es necesario que las jóvenes sepan conservar su novio si es que de verdad quieren casarse.

Es necesario no confundir el AMOR con la PASIÓN. Los jóvenes enamorados y las muchachas, no saben distinguir entre el amor y la pasión.

Es urgente saber que la PASIÓN es un veneno que engaña a la mente y al corazón.

Todo hombre apasionado y toda mujer apasionada podrían hasta jurar con lágrimas de sangre que están verdaderamente enamorados.

Después de satisfecha la pasión animal, el castillo de naipes se va al suelo.

El fracaso de tantos y tantos matrimonios se debe a que se casaron por pasión animal, mas no por AMOR.

El paso más grave que damos durante la juventud es el Matrimonio y en las Escuelas, Colegios y Universidades se debería preparar a los jóvenes y a las señoritas para este importante paso.

Es lamentable que muchos jóvenes y señoritas se casen por interés económico o meras conveniencias sociales.

Cuando el Matrimonio se realiza por pasión animal o por conveniencias sociales o interés económico, el resultado es el fracaso.

Son muchas las parejas que fracasan en el matrimonio por incompatibilidad de caracteres.

La mujer que se casa con un joven celoso, iracundo, furioso, se convertirá en la víctima de un verdugo.

El joven que se casa con una mujer celosa, furiosa, iracunda, es claro que tendrá que pasar su vida en un infierno.

Para que haya verdadero amor entre dos seres, es urgente que no exista pasión animal, es indispensable disolver el YO de los celos, es necesario desintegrar la ira, es básico un desinterés a toda prueba.

EL YO daña los hogares, el MI MISMO destruye la armonía. Si los jóvenes y las señoritas estudian nuestra EDUCACIÓN FUNDAMENTAL y se proponen disolver el YO, es claro a todas luces que podrán hallar la senda del MATRIMONIO PERFECTO.

Sólo disolviendo el EGO podrá haber verdadera felicidad en los hogares. A los jóvenes y señoritas que quieran ser felices en el matrimonio les recetamos estudiar a fondo nuestra EDUCACIÓN FUNDAMENTAL y disolver el YO.

Muchos Padres de familia celan a las hijas espantosamente y no quieren que éstas tengan novio. Semejante proceder es absurdo ciento por ciento porque las muchachas necesitan tener novio y casarse.

El resultado de semejante falta de comprensión son los novios a escondidas, en la calle, con el peligro siempre de caer en manos del galán seductor.

Las jóvenes deben tener siempre libertad para tener su novio, mas debido a que todavía no han disuelto el YO, es conveniente no dejarlas a solas con el novio.

Los jóvenes y las señoritas deben tener libertad para hacer sus fiestas en casa. Las sanas distracciones no perjudican a nadie y la Juventud necesita tener distracciones.

Lo que perjudica a la juventud es el licor, el cigarrillo, la fornicación, las orgías, el libertinaje, las cantinas, los cabarets, etc.

Las fiestas de familia, los bailes decentes, la buena música, los paseos al campo, etc., no pueden perjudicar a nadie.

La mente daña el amor. Muchos jóvenes han perdido la oportunidad de contraer matrimonio con magníficas mujeres debido a sus temores económicos, a los recuerdos del ayer, a las preocupaciones por el mañana.

El miedo a la vida, al hambre, a la miseria, y los vanos proyectos de la mente, se convierten en la causa fundamental de todo aplazamiento nupcial.

Muchos son los jóvenes que se proponen no contraer nupcias hasta tanto no posean determinada cantidad de dinero, casa propia, coche último modelo y mil tonterías más como si todo eso fuese la felicidad.

Es lamentable que esa clase de varones pierdan bellas oportunidades matrimoniales por causa del miedo a la vida, a la muerte, al qué dirán, etc.

Semejante clase de hombres se quedan solterones para toda su vida o se casan ya demasiado tarde, cuando ya no les queda tiempo para levantar una familia y educar a sus hijos.

Realmente todo lo que necesita un varón para sostener su mujer y sus hijos es tener una profesión o un oficio humilde, eso es todo.

Muchas jóvenes se quedan solteronas por estar escogiendo marido. Las mujeres calculadoras, interesadas, egoístas, se quedan solteronas o fracasan rotundamente en el matrimonio.

Es necesario que las muchachas comprendan que todo hombre se desilusiona de la mujer interesada, calculadora y egoísta.

Algunas mujeres jóvenes deseosas de pescar marido se pintan la cara en forma exagerada, se depilan las cejas, se encrespan el cabello, se ponen pelucas y ojeras postizas, estas mujeres no comprenden la Psicología varonil.

El varón por naturaleza aborrece a las muñecas pintadas y admira la belleza totalmente natural y la sonrisa ingenua.

El hombre quiere ver en la mujer la sinceridad, la simplicidad, el amor verdadero y desinteresado, la ingenuidad de la naturaleza.

Las señoritas que quieran casarse necesitan comprender a fondo la Psicología del sexo masculino.

El AMOR es el SUMUM de la sabiduría. El amor se alimenta con amor. El fuego de la eterna juventud es amor.

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